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miércoles, 27 de octubre de 2010

ESTÁ TODO DICHO

Está todo dicho en las canciones. Algunos lo dicen rebonito.

viernes, 8 de octubre de 2010

NO ME GUSTA

Hoy he visto varias cosas que han hecho que acabe berrando como una condenada. De camino a casa, en el coche se ha cruzado con la lentitud de un moribundo una galga famélica y fea. Iba triste, cabizbaja, remolona, sin la alerta propia del pobre que siempre lleva los ojos bien abiertos, vencida. Habitaba la parte trasera del bonito Volvo familiar color verde-cazador que iba delante un lucido Beagle que, para cuando he reparado en él, ladraba y arañaba los cristales en la dirección hacia la que caminaba la galga. Me he sentido igual que ella. Y por más que miro no veo ese coche familiar lleno de salvación y ladridos.
No es muy dramático, lo sé. Lo que ocurre es que unos minutos antes había presenciado cómo una hija, quizá una nieta, ayudaba a cruzar la calle a una de esas viejas, muy viejas. Era exacatamente igual que la galga: menguada, asustada, calvita, doblada y triste.
La vida no debería ser así. No me gusta. Me duele.

miércoles, 15 de septiembre de 2010

¿DÓNDE ESTÁ LA SEGURIDAD?




Las mentes dispersas diseminamos cualquier decisión. Con las lecturas nos pasa un poco lo mismo. No te da una temporada por la cosa esa del realismo mágico y otra por el ensayo, sino que te aventuras a unas páginas por motivos diversos y dispersos. La última elección fue por el título. Bueno, ayudó también confiar en las magníficas elecciones de lo que editan Los Libros del Asteroide, pero básicamente me lancé a por un sugerente "En lugar seguro".
Pero claro, una cosa es la acción de consumo y otra la inmersión en las historias. Supongo que esperaba claves sobre dónde está ese lugar (que a la fuerza ha de ser común) o cómo reconocerlo entre tantos otros. Y no volví a pensar en ello hasta que la historia acabó con un "¿Sí?".
Esas dos letras dicen más muchos finales pomposos. Anoche pensé en mi lugar seguro. Lo tengo, lo disfruto y lo aprecio. Y es sorprendentemente parecido al de Sally y Larry y al de Charity y Sid.

Sobre la Amicitia hay aforismos, novelas, canciones, greguerías y tratados filosóficos. Pero la comprensión de ninguna de esas construcciones, ni el delicioso diálogo de Cicerón del que sólo he probado fragmentos, es comparable a la seguridad, la calma y la dicha que proporciona saber qué cimenta tus relaciones más preciadas.

En lugar seguro estás cuando estás con quien no te traicionará. Pase lo que pase.

lunes, 13 de septiembre de 2010

DÍAS Y NUEVES

Hay días en los que lo único que puedes hacer es rendirte, saber que duran lo mismo que el resto y confiar en que lleguen esas otras jornadas, las que borran, nivelan y espantan horas inútiles.
A esos días ya sé ponerles remedio. Aunque, cada vez que llega uno tenga tentaciones de afrontarlo como si no hubiese mañana. Sí lo hay. Lo hay siempre salvo el día en que palmas. Y ese día - vale, ya sé que depende del caso- tampoco lo sabes de antemano, así que si no hay mañana tú estás ignorante viviendo la clase de día que te toque.
Hoy sólo tengo un paseo largo, unas palabras bonitas y una certeza de esas muy cortas. Se dilata mi triada melancólica y lo poco que puedo hacer es dejar que lleguen las 9. Ese gran número me sacará hoy a unos gin tonics y puede que a un par de buenas carcajadas.
Ese número iba a ser mi año y mi seguro. Iba a ser un mes, una celebración. Una semana pensé, quizá una pequeña fiesta. Intenté que fuera al menos un día… pero aquel 9 tocó uno de esos días en los que lo único que puedes hacer es rendirte.

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viernes, 16 de julio de 2010

De que hablo cuando hablo de correr

Yo no sé de qué habla Murakami cuando habla de correr pero cada vez que corro hablo conmigo de un montón de cosas importantes y alguna sandez. Hablo, por ejemplo, de esos primeros doscientos metros en los que sólo quiero darme la vuelta y tumbarme en el sofá. Pero sigo, sé al rodear ese jardín con columpios ya puedo ver el arbol centenario que ningún PGOU ha podido cargarse todavía y lo toco con la consciencia de la palma de la mano. Celebro con él que vencí la pereza y sigue la fiesta en el Ipod. No sé por qué pero casi siempre corro con Sidonie y Lori Meyers... sus bajos me dan el ritmo del paso y como el aleatorio de la reproducción es mi mejor amigo suele acertar en la marcha pertinente. Es curioso, atinaa incluso en las cuestas.
Por las mañanas el recorrido acaba antes de los treinta minutos obligatorios. Creo que es porque hay menos gente y sus ojos no me apremian, sólo las canciones. Pero en verano no me apetece madrugar así que corro cuando anochece y entonces un montón de viejos y madres -los niños pasan de mí- me aúpan contra la desaceleración y la vergüenza. De los viejos percibo admiración y recuerdos. Suelen estar sentados o caminando apoyándose en la cacha y, a veces, tengo ganas de parar y darles un abrazo para que no se pongan tristes pensando que han perdido velocidad. No lo hago, claro, sonrío y pongo cara de sufrimiento, no es difícil, un poco de teatro para la solidaridad: también seré vieja, no podré correr y recordaré cómo lo hacía.
Las madres me dan un poco igual así que solo me pongo derecha a su paso por aquello de presumir de forma, aunque, no da más... hay madres verdaderamente inverosímiles. Y sorteo niños y perros con la misma audacia con la que llego a tiempo para que me salpiquen los riegos automáticos. Esos cabrones lo refrescan todo, te empapan y parece que has sudado mucho aunque sólo sea agua. Te empapan y te alegras porque pocas situaciones hay tan próximas a la libertad como la de ir con los pies pingando por cualquier camino.
Correr es la mejor decisión de estos meses. Cuando empiece a bajar la cuesta espero recordar este año sólo como el que decidí que sufriría media hora diaria a la espera de una sorpresa. Porque siempre, siempre, siempre pienso que me espera una gigante al llegar a casa, tras hacer los estiramientos en el jardín. Prolongo la expectativa diaria todo lo que puedo. Es mi gran momento. Antes, los mails, los sms, mms y las llamadas son un elemento más de lo cotidiano. Pero después de correr me concentro en el relevante acontecimiento que me espera: ¡es un premio! ¡debería ser un premio!¡MEREZCO UN PREMIO!,¡SOY UNA CAMPEONA! y sé que el premio ya lo he disfrutado pero no me resisto a concentrarme y a desear uno más. Uno concreto y con silueta propia. Con ruido propio y nombre ídem, con sentido, con magia, con futuro. Aunque correr, no sé si lo dice Murakami, es aprender que ese axioma que repetimos autómatamente es verdadero y bello: del sufrimiento sí se aprende. Se aprende si te esfuerzas por cambiar lo que está estropeado o nunca funcionó. Se aprende, sobre todo, si dejas de tratar de entender y te expones a sentir.

Metáfora visual de la semana como gesto iconoclasta dedicado a... coño, a mí!!!


QUÍTESE "DIBUJADO" Y PÓNGASE "CORRIDO".

sábado, 10 de julio de 2010

CONSCIENCIAS REPLICANTES

Ayer T. dijo "si alguien ve las cuestas demasiado empinadas... que no tenga hijos", y me asusté.

Aquí un cuento bonito y musical, a ver si se me pasa.

miércoles, 7 de julio de 2010

Vete hasta la luz, vete hasta la luz

Mientras espero a que lleguen escucho un insecto achicharrándose en mi lámpara Fado. Ahí dentro se está produciendo ahora mismo una metáfora siniestra. Pobre bicho, fue ir hasta la luz y joderla. Fiáte tú de las señales luminosas. Fiáte y no corras que diría mi madre.
Ay.

Pollismos

Tengo un amigo nuevo. Se llama J.H.C. y tiene 84 años. Es de esperar que me dure poco y eso me apena porque en cuatro días de intensa convivencia me ha dado tantas lecciones de vida que he gastado la Moleskine.
Mi amigo J. es muy marica. Mogollón. Y su punto de vista para ver cualquier cosa son las pollas. Su pollismo -supongo que puede llamarse así- es un enfoque peculiar: consiste en buscar la arista más sexual de cualquier experiencia. La más sensorial también, creo. J. es un artista reconocido, internacionalmente reconocido si es que se puede decir semejante pedantería, y habla de otros arstistas igual de (re)conocidos con mucha gracia y mucho pollismo. Y sabe todos los secretos de la familia que me ha tocado. Son muchos, algunos sexuales, cómo no, los más de traiciones, influencias y vestidos Delfos. Si un gramo de lo que me cuenta es cierto tendría un guión épico en la libreta negra. Si todo lo es ha llegado el momento de reconocer que lo nuestro no es una familia... es un holograma.
Algunas vidas tienen que contarse.

viernes, 18 de junio de 2010

HIPOTÁLAMO AVIAR

Esta cuesta es más empinada de lo que parecía, qué chunga. Parecía un rato o un inconveniente. Y ha resultado ser un gran problema estructural. ¿He dicho estructural? bah, reconozcámoslo, es un puto problema hormonal. La vida es un puto problema hormonal. La vida de algunas mujeres es un puto problema hormonal. Up & Down ¿Cómo no existe un dúo de pop con este nombre? ¿Existirá? Probablemente. Ya lo dijo Nick con buen criterio, "cuántos problemas nos ha generado el pop" ergo alguien habrá tomado buena nota.
El caso es que me siguen haciendo gracia los chistes sobre alteraciones glandulares. Tienen ese punto de veracidad que universaliza el mensaje. Reconocerse es una buena ducha aunque contenga la mala baba que los autores de chistes necesitan.

¿Por qué tienen la regla las mujeres?
Porque por algún sitio tenían que explotar las muy chifladas.

Son díscolas las hormonas. Imprevisibles, silenciosas, tercas. Pueden conseguir que saltes de alegría por trincar lo que a ti te parece una ganga, claro, pero básicamente reparas en ellas cuando te ahogas de llanto porque no recuerdas, qué se yo, dónde aparcaste el coche.
Repaso el motivo de llantos idiotas, literales, metafóricos o aplazados y reconozco que me siento como una hormona viviente, qué cruz, gensanta. Dice mi amiga A. que consulte un médico nutricionista que, a ser posible, diagnostique a través del iris, por lo visto son muy buenos detectando feromonas díscolas. Hay que ver qué cosas tan raras hace la gente.
No hay que consultar mucho. Hay que aceptarlo y se acabó. Celebro, al menos, que pocas veces doy por saco con mis hormonas al de enfrente. Quizá por eso se multiplican estos accesos de pena… quizá debería empezar a salpicar, dicen que libera.

lunes, 14 de junio de 2010

SINSENTIDOS

A ver que yo me entere...
Si oigo mal por la sordera súbita, si en la última guerra las bacterias han conquistado mi gusto y mi olfato y la conjuntivitis ya no escuece pero no veo tres en un burro ¿soy un ser sin sentidos?
Me queda el tacto, intacto.
Me da la risa.
¿Quién le ha quitado el puesto al sentido del humor? ¿Por qué no es un sentido el único de aquéllos que ayuda a relativizarlos todos? ¡Qué mal recuento de la estructura corporal hicieron los clásicos! ¡Qué olvido más tonto!
Reclamo su espacio para el sentido del humor. Tan necesario como escaso si lo buscas verdadero.
Para distinguirlo del chiste o la ocurrencia están las desgracias. Si consigues esquivarlas a mandíbula batiente es que es. No lo es si la mandíbula bate o abate al contrario, no es aunque lo parezca.
Tengo dos sentidos y siento que son de los mejores. Toco. Río. Soy.

sábado, 12 de junio de 2010

DISPERSIÓMETRO

Estoy en saber qué tuerto me dedica sus miradas. Más cíclope que tuerto ha de ser el jodío que me satura de virus y me gasta ciber bromas y cenas con sal y me mira de lejos aunque aliente en mi cogote.
Los días se van y no enfoco. La cabeza sigue trotando hasta capitales y hasta letras capitales. Tantas horas sin acción esperan su turno que ya hasta es divertido no hacer. Tengo un amor nuevo que se llama E., cómo has podido estar ahí arriba sin que te diera una oportunidad. Ahora leo solamente a golpe de confianza. Ganas de aprender. Eso sí, eso, afortunadamente, sigue siendo un minúsculo motor.
Parece que este cuerpo quiere llamar mi atención, hala, ya te hago caso chiquitín.
El señor elegante ha vuelto a llamar. Transmite calma, sube la autoestima y propone retos, citas y proyectos.
Aunque la dispersión sea profesional algo bueno habrá en tanta parada técnica.

miércoles, 9 de junio de 2010

LOS COMBATES COTDIANOS

Manu Larcenet me ayudó a dormir ayer. Se queda una más tranquila tras leer una historia que también acepta que casi todos tenemos miedos parecidos y que sólo se resuelven con reflexión y sufrimiento.
Lo que no cuenta este magnífico álbum es que hay afortunados que no pasan por el trance de mierda de no encontrar la manera de salir a flote. El sufrimiento seguramente es pedagógico pero la ignorancia, a veces, es infinitamente más ilustrada o al menos más entretenida.
Si ya lo dices tú, Larcenet querido, combates cotidianos… qué perezón levantarse y combatir...

domingo, 23 de mayo de 2010

EL EMO NO MOLA, EH?

Harta. Harta. Harta de mí. Cuánto tiempo embargado esperando. Ya corro. Ya vivo sin hidratos de carbono. Ya me importa un rábano lo que opine de mí casi todo el mundo salvo media docena entre consanguíneos y putativos. Ya soy productiva y tengo algún plan al respecto. Queda atajar también la percepción autosubjetiva y voilà, renacimiento mariano.
Y dedicar estas palabras a otra cosa, al hedonismo quizá. A la vida pero sin tanto ombliguismo del triste. Ahora hay que ponerle ombliguismo endorfino y tal.
Hoy querida audiencia, o sea Rachel, vamos a intentar asomar el flequillo por el ventanuco, después el jeto, luego el muslamen y quizá mañana el representamen. Y que lo curta el sol, carajo, que estoy verde de tanta casa y tanta química.



Hay que bailar esta canción sin parar, sin poder parar. Y dejarle claro a Nacho
Vegas que está jodido con nosotras, la llevas claro, triste, que eres un triste.
Conozco a un triste que al menos hace canciones divertidas. Eso sí que tiene mérito.

jueves, 20 de mayo de 2010

CAMBIAR LA PIEL O TODAS LAS RESPUESTAS VALEN




Pues sí. La clave está en saber la pregunta porque las respuestas son como las miradas cada uno tiene la suya y aunque pensemos que sí, no siempre pueden universalizarse.
Cuando el señor de las manos grandes pregunta ¿qué haría falta? no sé qué contestar porque tengo muchas respuestas. Haría falta otro reto. Un reto total como el que me ha sugerido. Dos libros y un cambio de piel. Y si me pelo en verano ¿cómo sabré que la he cambiado?

miércoles, 19 de mayo de 2010

EL SOL

Por fin ha salido el sol. Ahora sólo falta que caliente. Yo querría sentir eso en la cara, quemando, quemando, curtiendo la piel y surcando las arrugas que están por venir. Que vengan de una vez. Sol... calienta, calienta, calienta.

viernes, 7 de mayo de 2010

MAÑANA



Mañana será un día muy duro. Aguardan emociones de las que no se pueden disimular. Pruebas. Y no estoy afrontándolo de ninguna manera. La tristeza acumulada seguirá interrumpiendo los minutos hasta que salga de mí por completo. Hasta que se renueve con otras penas. Con todas las que quedan por venir. Pero intento convertir esta en mi única calma. Justo la calma que llega cuando sabes que haces lo correcto. Aunque duela.
Mañana intentaré muchas cosas que ya no pueden esperar mucho más sin que esa espera se convierta en un nuevo cataclismo.
Así que mejor mañana. Mejor lo pienso mañana. Mañana a lo mejor es un día mejor que hoy.

jueves, 22 de abril de 2010

DEBERES

Aprender a ser otra persona, por muy bien que pinte el futuro consiguiéndolo, no es sencillo. Me pregunto si además, no será una tarea vana. El caso es que ahora tengo deberes (una carta, una caja, unas frases, unos objetos y una actitud) y las citas cada vez más cercanas, o sea, también tengo más gastos y al señor de las manos grandes cada vez más preocupado. Está tan sorprendido con todo lo que ocurre que hoy ha acabado explicándome por qué no me deriva a otro colega o por qué no se da por vencido. Es un sufrimiento bestial, pero productivo, muy productivo y quiero ver a dónde te lleva. Creo que se arrepiente de haberme dicho hace meses que no creía en las terapias largas. Buf.
Así que por delante apenas una semana para hacerlo todo. Qué difícil. Qué cuesta tan empinada. Qué sola me acompaño.

Como una de esas fotos de Gregory Crewdson en las que haya lo que haya sólo encuentras soledad y silencio. Silencio a pesar del ruido atroz que me ha dejado sorda.Así de indefensa:




O así de indenfensa. Exactamente así de indefensa:



Y para no volver a tener tanto miedo, tantísimo terror ante la consciencia de la soledad vital sólo queda probar a ser otra persona. Eso dice. Eso intentaré.

jueves, 15 de abril de 2010

UN TÍTULO NO LO ES TODO. Y TÚ TAMPOCO.




Lo compré con infinito ansión, justo, justito por el título. Me pareció una señal... otra señal, de esas que yo me invento e identifico a la primera ¡a la primera! siempre, siempre. Esas señales me dan la vida. Si supieras que nunca he estado en Londres, a pesar de haber pagado el viaje dos veces, volverías a la tierra o nacerías ya con tus treinta cumplidos, o te manifestarías por lo charro, o algo.
Es por enfocar el título, no va más allá.
Y después de engullirlo sin remedio, como buscando algo que no ha llegado, me quedo desinflada. Atrapa el envoltorio. Eso sí. Seguro. Y hay frases magníficas y contradictorias cada dos párrafos..."la tristeza no es nada barata" es una de mis favoritas. Aunque no tiene mucho mérito, la verdad.
Creo que no me ha gustado mucho porque es como un día rojo gigante. De esos interminables que duran años, con todos su segundos. Y, francamente, si me tienen que hablar de años rojos, de vidas rojas, de cabezas rojas… casi prefiero que lo haga la única a la que se le puede perdonar todo.



Ni en NY ni en Londres ni en Tokio está el antídoto contra días rojos. Ni en los libros que te entienden tampoco. Ni en la tarta de chocolate ni el strawberry cheesecake de Häagen Dazs (aunque aquí hay una vacuna que relaja bastante)...



No. No está. No es. No habita. No. ¿Cómo iba a estar aquí si los días rojos no existen? Si en realidad... todo es sueño menos lo que tengo yo por las noches. Si no se puede echar de menos lo que no se conoce o justo por eso la espera te hace seguir fumando. Si la realidad parece un chiste y los chistes duelen y los meses pasan y los años se quedan y a la angustia ya no la temes porque has vuelto a morderte las uñas.

Tengo que pagar mi tercer viaje a Londres para poder ir. O mejor igual espero y que me inviten. Vuelve. No te conozco pero vuelve.

martes, 13 de abril de 2010

168 HORAS Y SUBIENDO



Aunque esta canción no se escribió para mí han llegado los días en que parece que se compuso por encargo (mío, se entiende). La última semana ha sido rara. He hecho tantas cosas que todavía no me ha dado tiempo a asimilar la concatenación de aciertos y desastres producidos en las últimas 168 horas. Eslabones de una cadena de ansiedad que me ata al malestar subjetivo tanto, tantísimo, que sospecho que me falta algún dato, que no tengo alguna información que podría ayudar a mejorar esta sensación de asfixia permanente. No puedo pensar más en cómo solucionar esto. Confío en seguir intentándolo a pesar de los malos resultados. Sólo eso.

martes, 6 de abril de 2010

LA ORQUÍDEA MÁS BONITA DEL MUNDO



Hace poco me contaron la historia de la orquídea más bonita del mundo. Se trata de una parábola que acaba diciendo eso tan obvio y tan poco practicado de que si quieres algo de verdad has de cuidarlo una vez lo consigas.

El desastre actual está causado porque ni cuidé ni me cuidaron y admitirlo no le quita tragedia al asunto.

Sí se pueden desplazar los pensamientos. Pienso desplazarte de mi pensamiento cada día a partir de ayer. Estuvo bien pensar bonito. Pero comienza a ser muy doloroso y no tengo hueco para más desilusiones. En los últimos meses se han ido muchísimas cosas y alguna responsabilidad tendré, digo yo, en esta prolongación de los problemas que sólo consigue agotarme.

De ayer en adelante se acabó dejar que el pensamiento decida dónde quiere ir. Desde ayer decido yo.

La orquídea más bonita del mundo está aquí. Y cuidará de sí misma. Ya está.

EL INSOMNIO DEBERÍA TENER UN NOMBRE MEJOR

Sobre todo porque así podrías insultar personalizando, hacer vudú con su inicial o algo.

Hay pocas cosas más desagradables que despertarse a los pocos minutos de empezar a dormir y saber que ya no vas a conciliar el sueño de nuevo a menos que te levantes, te distraigas un rato y te hagas a la idea de que cuando te vuelvas a meter en la cama (con toda la liturgia previa de este acto diario, a saber: pis, dientes y lectura) será la primera vez que lo haces hoy.

Tener insomnio además está muy mal visto. Hay por ahí un refrán idiota que atribuye a la modorra cierta tranquilidad de conciencia sin que obre sobre semejante aforismo comprobación empírica alguna. Así las cosas, la vigilia, además de ser una tortura que te deja la cara como un personaje de Tim Burton te convierte en términos populares en una potencial mala persona que no duerme porque seguro que le remuerde la conciencia.

Tiendo a la hipérbole, claro, pero cómo no hacerlo después de tantos meses sintiendo esa odiosa sensación de abandonar el nórdico. Levantarse por la mañana para ir a trabajar es un castigo divino diario. UN. UNO. UNA VEZ AL DÍA. NO DOS O TRES O CUATRO.

Pues no te levantes. Ya. Pero si no te levantas y ocupas la cabeza tus occipitales empiezan a ir por libre. Y piensas. Piensas. Piensas. O imaginas. Imaginas. Imaginas. Y mi imaginación me trae muchos problemas. Tantos que me quita el sueño.

lunes, 5 de abril de 2010

TWO FOR THE ROAD

Si al escuchar esto no te emocionas puede que te hayas muerto.

La primera vez que vi Two for the road (S. Donen, 1967) estaba en la carretera con unas cincuenta personas más. Viajaba en autobús desde Madrid y no me importó mucho que me viera llorar mi compañero de asiento. Creo que también pude llorar de risa con esa peli. Y qué decir de los estilismos de Audrey Herpburn. Tan Courregès. Tan Rabane también.




Stanley Donen ha dirigido buena parte de las películas que más me gustan del mundo mundial. Y two for the road es probablemente una de mis favoritas. Describe perfectamente cómo son las relaciones. Cómo se van haciendo feas. Cómo pueden recuperarse. Cómo dependen de algo inexplicable. De eso tan inexplicable que es querer a alguien a pesar de todo. Mejor dicho, de eso tan inexplicable que es querer querer a alguien.



¿No entran ganísimas de verla?

Tengo el día poco inspirado así que mejor lo dejo aquí o me dispersaré de modo profesional. Nada más. Excepto sonreir, porque en Two for the road también trabajó el gran Henry Mancini. Por cierto, ¿no es curioso que la pieza más conocida de Mancini la compusiera en realidad Nino Rota?

domingo, 4 de abril de 2010

VERDE



Hay que obligarse. Pintarlo todo de otro color. Pues eso.

viernes, 2 de abril de 2010

BE CAMP, MY FRIEND

Desde que recuerdo he desarrollado suficiente esteticismo como para poder ser considerada una frívola. El caso es que mientras trataba de conciliar mis impulsos solidarios con mi respiración necesariamente sensorial hacia lo bello sabía que existía todo un universo de objetos hegemónicos que me alteraban (para bien). Estaban, muchos de ellos en casa de mi abuela paterna, en lugares no principales. Los salones isabelinos no me interesaban, el clavicordio barroco me daba miedo (convencida como estaba de que dentro del agujero del cierre había un monstruo), la balaustrada de la escalera tampoco llamaba mi atención. Pero recuerdo que me quedaba paralizada ante determinados muebles y objetos que sólo tenían una cosa en común: eran modernistas, Art Noveau, concretamente. Afortunadamente a diario puedo seguir apreciando la belleza de una esquinera que mi madre, seducida también por sus líneas sinuosas, logró interceptar antes de que, como todo lo demás, acabara en manos de la tía T.
Hace poco, leyendo algunas de las ideas de Susan Sontag, me alegré de medio encajar -con un poquito de voluntad- en lo que ella llamaba el Camp naïf o ingenuo. Me etiqueto con benevolencia, claro está, quiero pensar que, aunque lo bello me interesa profesionalmente y como universo gigante sobre el que investigar cuando me quite la pereza, de pequeña no podía estar sometida a semejante planteamiento.

Algunos apuntes para la reflexión sobre el Camp sontagonero:

-El Camp es un cierto modo de esteticismo. Es un modo de ver el mundo como fenómeno estético. Esa manera, la manera del Camp, no se da en términos de belleza, sino de grado de artificio, de estilización (P.1)

-El Camp es una visión del mundo en términos de estilo -pero de una clase particular de estilo. Es el amor por lo exagerado, por lo "off", por las cosas-que-son-lo-que-no-son. El mejor ejemplo es el Art Noveau, el estilo Camp más típico y más plenamente desarrollado. Los objetos Art Noveau, típicamente, convierten una cosa en otra: las lámparas en forma de plantas florecidas, el salón que en realidad es una gruta. Un ejemplo destacable: las entradas al Métro de París diseñadas por Hector Guimard a fines de la década de 1890 en forma de tallos de orquídea de hierro de fundición (P.8)

-La marca del Camp es su espíritu de extravagancia. Camp es una mujer que lleva puesto un vestido hecho de tres millones de plumas. (...) En el Camp hay a menudo algo desmesurado en la cualidad de la ambición, no sólo en el estilo de la obra. Los hermosos y a la vez espeluznantes edificios de Gaudí en Barcelona son Camp no sólo por su estilo sino porque revelan -de modo más notable en la Catedral de la Sagrada Familia- la ambición por parte de un hombre de hacer algo para cuyo logro se requiere toda una generación, toda una cultura. (P. 25).

-El gusto Camp, por su naturaleza misma, sólo es posible en sociedades ricas, en sociedades o círculos capaces de experimentar la psicopatología de la riqueza. (P.49).


La pareja de la fotógrafa por la que a los trece años me enamoré de la fotografía leyendo un reportaje que todavía recuerdo en Ragazza (gensanta, qué cosas), había reflexionado sobre asuntos fascinantes y yo sin saberlo hasta hace poco. Qué poco sé y cómo me atormenta eso...

A lo que voy, el libro que me ha regalado el señor elegante ha sido milagroso. De pronto comprendo, conozco y reconozco el origen de muchas de las obsesiones paralizantes sobre las que pienso a menudo. Y me sienta bien comprender. Comprender es el paso previo a asumir. Y asumir es un buen sinónimo de tranquilizarse.

La belleza me tranquiliza.
Y comerme esta tarta -claramente Art Noveau- podría ayudar... Hmmm.

jueves, 1 de abril de 2010

COUÉ ERA UN MEMO


Émile Coué era un señor muy simpático y bonachón al que podemos culpar de gran parte de los males contemporáneos o hipermodernos que diría Lipovetsky (otro señor, menos simpático, presiento).
Resulta que el gran Coué se levantó un día a principios del S. XX y encontró terriblemente sensato decirse a sí mismo "cada día estoy un poco mejor, un poco mejor" como fórmula luminosa para modificar los males acechantes de cualquier naturaleza, también la física.

Se ve que Coué había leído a Unamuno cuando dijo aquello de "sólo el que ensaya lo absurdo es capaz de conquistar lo imposible" y debió pensar con lógica hermenéutica: si es imposible curar una enfermedad sólo con la voluntad de hacerlo entonces confiar en la voluntad de sanar es absurdo, y ya se sabe... "sólo el que ensaya lo absurdo es capaz de conquistar lo imposible".

Anda que se quedaría tan pancho. La cosa es que el bueno de Coué ha tenido sus adeptos y tal. Y la mayoría de los piscoterapeutas te cobran 100 castañas por escucharte y acabar sugiriendo que te digas cada día "cada día estoy un poco mejor, un poco mejor" que, como se puede apreciar, no es una frase muy sofisticada. Es bastante absurda, de hecho.

El método Coué me parece un timo. Lo que ocurre es que últimamente tengo la impresión de que todo es una gran estafa sideral y al menos a este hombrito le presupongo muy buena intención.

Hablando de estafas siderales... voy mucho a un centro de arte contemporáneo que hay por aquí... lo que he visto esta semana esté entre la estafa y la sabiduría... pero no me decido... juzguen ustedes mismos si la liebre filósofa singulariza el conflicto entre cultura y naturaleza... o dejen de tocar los cojones...



(VV.AA., Artic Hysteria, Da2)

miércoles, 31 de marzo de 2010

RESCATE

"Sí, yo también refresco neuróticamente mi mail a ver si entra el correo que espero". Y el correo que esperas ni siquiera sabes de qué debe tratar. En las últimas semanas me encuentro con un número considerable de mujeres que, como servidora, le regalan horas al tiempo, ese capullo, mientras aguardan a que una nueva realidad las sorprenda y las saque de su paradoja. La mayoría no se quedan quietas mientras esperan pero dedican sus horas a acciones o pensamientos que no son los elegidos. Son los obligatorios.
Y ser consciente de eso te machaca. Yo tampoco sé qué espero exactamente pero me observo un poco absurda mientras le doy al enviar/recibir que congela muchas horas, demasiadas. Tampoco me quedo quieta, procuro esforzarme por alimentar mi cabeza de chorlito con libros, pelis, blogs o información general que ya ni me conmueve.
Y puedo imaginar muchas noticias que agitarían estos días congelados, lentos y a la vez fugaces que se escapan con la misma cadencia con la que te atrapan. Casi siempre son noticias no probables. He trabajado duro para que no sean imposibles y quizá ahí está el error. Si voluntariamente enfocas hacia lugares de difícil acceso has tenido que generar mucha ilusión, mucha fe y muchísimo tesón, tanto que sabes que te has dado una oportunidad para conseguirlo. Aunque también sepas que se trata de una oportunidad bastante quimérica.
La espera hace ruidos. La espera consume energía. La espera también sostiene la poquísima ilusión que queda y ese es el alimento de tus pamplinas.
Esperar es una mierda. Pero ¿cómo se domina la cabeza? ¿cómo deja uno de necesitar que alguien o algo venga al rescate?

domingo, 28 de marzo de 2010

VUELVE, ALEGRÍA

Ray Loriga es la última persona de la que podía esperar un texto tan rotundo.
Reconozco que como perfecta impulsiva profesional también soy taxativa en asuntos culturales. De modo que allá por los noventa me hice más de Mañas (es que veraneaba veraneaba en mi pueblo) que del melenudo aquel al que yo veía claramente pelirrojo y con demasiada pose pseudointelectualoide. Lo abandoné infiel y anticipada tras "Días extraños" y sólo he vuelto a saber de él por sus incursiones cinematográficas y los dos bombos que le hizo a Cristina hago chas, la guapérrima.

Pero reconozco que este texto de hoy, aunque termine metiendo con calzador unos cuantos juicios futbolísticos -probablmente acertados- me ha conmovido varios kilos hasta Disney World, Orlando (la medida de la emoción cuando era pequeña).
Le asiste mucha razón al otrora provocador de la Generación X. Mucha. Muchísima. Mogollón.
La falta de alegría es la gran pérdida humana. La desgracia ítima más devastadora. Una de las trampas de este tiempo confuso y frío. La falta de alegría te seca y te paraliza. Y estrangula la ilusión y sin ilusiones, por vanas que sean, la vida deja de merecer la pena.

Lo sabe bien esta ex alegre, que no insensata, que busca desolada la alegría que perdió y que no consigue generar pensando en nada. Pase lo que pase en mi vida haber perdido la alegría durante un tiempo será, seguramente, lo más amargo que he experimentado incluso si la pérdida es transitoria (Virgencita, Virgencita, plis, que saque un diez en alegría!:-). Espero encontrarla de nuevo. Generarla, fabricarla, inventarla, reconocerla, digerirla, cuidarla, decidirla, saborearla y, sobre todo, compartirla.

Aquí una canción que me pone contenta:

viernes, 26 de marzo de 2010

VESTIR SANTOS O DESVESTIR GILIPOLLAS

jueves, 25 de marzo de 2010

ANTICICLÓN



O llega el sol o palmo. Pero vamos, seguro... Por favor, anticiclón, manifiéstate.

lunes, 22 de marzo de 2010

EL SÍ DE LAS NIÑAS

Hace un rato, antes de irme a dormir y volver a levantarme convencida de que una buena ingesta de hidratos de carbono con su cigarrito post pecado mortal me ayudarían a conciliar, hablaba con mi hermana, madre ella.
Se reía, la muy bruja, de la forma irónica con la que le narraba mi último desastre emocional y absolutamente paralelo a la vida real porque yo, lo que tengo, es que vivo dos vidas la mía y la de mi hemisferio derecho, que es muy díscolo.
En mi intento por atribuir, a determinadas secuencias vividas recientemente y que no vienen al caso, significados reales que descartasen la necesidad de tratamiento con antialucinógenos, toqué algún botón que a ella le recordó un par de conversaciones con sus preciosas hijas de 6 y 9 años. La mayor le preguntaba hace un par de días si estaba mal "exagerar un poco las cosas cuando las cuentas para hacer más risas o para dar más pena o para que te escuchen como hacéis vosotras cuando habláis" -en referencia a la hermana y servidora-. Brillante reflexión para una niña de 9 años que ha decidido no hacer la comunión este año porque no le gusta lo que cuentan en catequesis... ya apuntaba maneras cuando lo decidió ¿verdad?
La segunda charla la protagonizaba la pequeña. Su abuela, acusándola de algo que no había hecho, amenazó con morderla el culo. Y ella, asertiva como la madre que la parió, amenazó a su vez con un rotundo "abuela, espero que no hagas algo de lo que te puedas arrepentir". La madre hermana asertiva, preocupada por si su hija no se estaría pasando con sus enfoques, la interrogó con respecto a la conversación. Respuesta de la niña "es que si la abuela descubre que yo no he sido y antes me ha mordido el culo se va a arrepentir de haberme hecho daño".
Ahí es nada. Recuerden, 6 y 9 años.
Conclusión de la en realidad amiga hermana madre asertiva preocupada y guapa como ella sola y la pularda: nuestra generación es probablemente la que más está sufriendo de la historia.
Es así. Nos ha tocado bailar con la fea. Simplificando, claro. Pero es así. Pocas dudas existenciales tenían nuestros padres, incluso los más acomodados que, si querían darle alas a sus pensamientos, no podían por la cosa de la dictadura. Así que ya tenían contra quien luchar. Los que son hijos en edad de socializar ahora lo son de padres que, como nosotros, ya saben lo importante que es hacerlos fuertes, hablar con ellos y, sobre todo, conocen perfectamente el significado de la palabra autoestima.
Nosotros somos la generación de "cuidado que hay ropa tendida". De política no se habla. El sexo es pecado y tampoco es tema de conversación. Ni el dinero. Ni los sentimientos. Ni tus padres se morreaban delante de ti. Ni se abrazaban. Y a ti, como mucho, igual te abrazaba tu madre, pero luego la jodía te daba con la zapatilla. Y las monjas te machacaban si preguntabas algo que no sabían convirtiéndolo en inconveniente. Y los chichos, en algunos casos, no iban contigo al cole. Y tú no entendías nada pero seguías creciendo. Y creciste, en mi caso no mucho, cierto. Pero sigues sin entender nada.
Hace años que no pienso en los hijos. Supongo que saber que no tienes enfrente a la persona con la que te gustaría tenerlos, contribuye a desplazar el pensamiento. Cada vez que hablo con ella, con mi lugar seguro, me pregunto cómo sería mi vida si los tuviese y ahora en lugar de levantarme a escribir en un blog me levantase a poner un termómetro. Y me gustaría educarlos. Hacer eso bien. Al menos hacer eso bien en la vida. Ver crecer a unos enanos sanos, listos, sensibles con los que según me cuenta mi amiga hermana puede !hablar de todo con otra forma, con menos reflexión, con menos puntería, callando alguna cosa que todavía no toca, dándo alguna vuelta, pero de todo al fin...".
Doy gracias por tener cerca una familia tan maravillosa. A la mía, también le doy gracias por infinitas cosas más. Pero si algún día formo una, trabajaré duro para que mis hijas no sufran como perras sólo por enfrentarse a la vida teniendo que decir sí casi todo el rato, especialmente si son niñas.

sábado, 20 de marzo de 2010

BRÚJULAS IDIOTAS

Excepto al último, al final de cada relación (algunas historias no llegan a semejante categoría), le he regalado una brújula al destinatario de mis penares, "así te orientas". Para alguien tan ignorante que necesita marcar el sentido mágico y simbólico de las cosas detalles como éste han contribuido a suavizar de alguna manera ese dolor tan afilado que se siente justo en el momento en el que sabes que "lo nuestro" se ha acabado.
Esas brújulas que quizá ya no existan o nunca hayan cumplido su función forman parte de los recuerdos que tengo con aquel chico que resultó ser un poco marica, el que descubrió su vocación religiosa tras darme unos besos para descubrir que era falsa al besar a otra y el que se reveló como un auténtico psicópata, torturador de mentes débiles y gorrón de la generosidad ajena.

Resulta que las brújulas que he ido regalando no sirven para gran cosa teniendo en cuenta que ya ni los mapas son lo que eran.
Peters, hijuco, ¿serás tú el culpable de todas mis confusiones bioestratégicas? Como te pille te voy a meter la brújula por algún orificio capilar.

viernes, 19 de marzo de 2010

DUDAS

Qué complicado es aceptar que no estás como te gustaría. La voluntad y el deseo de que algo mejore no tiene efecto. Puedes emplear la disciplina para modificar algún centímetro pero en el fondo sigues sintiéndote a la deriva, justo como esa metáfora tan universal de un grano de arena en el océano. A nadie salvo a ti le importa la corriente que te arrastrará sin que puedas hacer absolutamente nada. Y es lógico. Cualquier vida, también la más ordenada y ejemplar, es otro grano de arena movido por la fuerza del agua o a merced del viento que azota la playa.
Y a qué conduce saberlo. A qué. De qué sirve. Desearía recordar con más intensidad esa sensación de estar bien que tenía a veces, hace no tanto. Por qué se perdió. Por qué la perdí. Por qué no pude abrazarla para que permaneciese más tiempo recordándome la suerte que tengo.
Aunque quiera encontrarme mejor, aunque desee estar bien, aunque me esfuerce por no pensar más no lo consigo. Qué hace falta. Qué hay que hacer. Quién lo sabe. Dónde está. Cuándo llegarán los buenos tiempos.

jueves, 18 de marzo de 2010

CARIÑO. RESPETO. COMPRENSIÓN.

Los Standstill han manufacturado lass 5.000 copias de su nuevo disco. Para que todas sean diferentes. Además han abierto tres líneas telefónicas en las que puedes dejar tu mensaje sobre la necesidad de cariño, de respeto y de comprensión. Y los reescucho con muchísima curiosidad.

Cada uno llama la atención como puede. Como sabe. Y en algunos casos funciona. Pero me pregunto qué queda de la esencia. Porque todo es tan sofisticado que me pierdo.
Echo de menos que algo llegue sin envoltorio. Echo de menos muchas cosas y a alguna persona. Y es muy complicado seguir en pie con todas esas certezas. Quizá lo arregle un poco de cariño, un poco de respeto y un poco de comprensió. Aunque me temo que debo dármelos yo misma o dejar de esperarlos.

miércoles, 17 de marzo de 2010

LENTO

Dónde hay que apuntarse para ir lento. Más lento. Se requiere filiación para el cambio de ritmo. Habrá que seguir intentando superar este chaparrón que lo ha puesto todo enfrente de su lugar original.
Que se acabe ya el malestar y la antipatía. Que se acabe ya, carajo. Y volveremos a ser delicados.

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martes, 16 de marzo de 2010

LOS HILOS

Debería hacerme una camiseta con la frase "nada es lo que parece". Hoy parecía que había tenido una gran noticia. Una noticia enorme y agradable. Pero al tratar de comprenderla he caído en la cuenta de que no se trataba de algo tan agradable.
Hay hilos por todas partes. Hilos cosidos, hilos remendando otros hilos, hilos que emarañan la tela. Hilos que quieren atrapar los alfileres y los dedales. Hilos de colores, brillantes, satinados. Hilos que hablan, llaman y envían mails bonitos. Hilos. No realidades. Y eso también da miedo.

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lunes, 15 de marzo de 2010

ENCENDIDA

Eso, eso, eso... estoy encendida. Tan maniqueo y tan sencillo que da miedo. Es así, funciona así. El talento que triunfa suele tener algo de ruin. Manipular no es difícil. Sólo está prohibido en algunas vidas. ¿Son de verdad tan distintas las conciencias? Me declaro oficialmente a favor de la neurosis. Los del otro lado me dan muchísimo asco. Pero el miedo se lo estoy perdiendo y no sé qué va a pasar cuando se vaya del todo.

Los últimos seguirán siendo los últimos. Pero yo iré a tu entierro metafórfico. Y ya está. Ni un segundo más de desgaste. Se acabó.

sábado, 13 de marzo de 2010

REFLEXIONES MAÑANERAS

Estoy en saber si la ilusión, la imaginación como método es la solución o forma parte del problema. El señor de las manos grandes tampoco lo sabe, indica que está confuso y repite cada nueva coyuntura como si se tratase de la lista de la compra. Abre los ojos, me mira, pregunta cosas inconvenientes. Y termina pensando en voz alta, estás tomando muchas decisiones, si la ilusión y la imaginación están detrás de tanta acción no considero que sean negativas.

Y siguen pasando los días. Y se nutren tan sólo de pensamientos. Y da miedo.

jueves, 11 de marzo de 2010

SEGUNDOS ASALTOS A SALTOS

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Realmente el amor es la gran fuerza. Esa potencia nuclear atómica que lo arrastra todo está en nosotros y da pánico ver que realmente no depende de nada, de nadie más. Algo, muy profundamente, te invade. Hace metástasis súbita y genera el poder imaginado con el que crees que podrás hacer cualquier cosa.
Y luego llega la realidad. Y te cura. Y te devuelve al equilibrio. Y te hace todavía más infeliz. Pero siempre merece la pena ser consciente de que ESO existe. Es místico el amor, ahora vuelvo a entenderlo. Quizá por eso no suele coincidir con la sustancia. No es. Se es. Se hace.

Otro día hablaremos de las relaciones. Dicen que hay algunas que pueden parecerse mucho al amor. Será cuestión de seguir buscando.

martes, 9 de marzo de 2010

EL MUNDO AL REVÉS

"Nada se parece más a un hombre honesto que un pícaro que conoce su oficio" George Sand.
A mí, esta chica que imagino siempre con pantalones, mirando a los ojos con brío, desafiando los convencionalismos y encoñada de un músico debilucho e infeliz que seguramente la hizo sufrir como una perra, siempre me ha gustado mucho.
No sabía, cuando la conocí en la adolescencia equivocada, que llegaría a encontrar sus pensamientos tan afines a los míos. Qué cosas. El caso es que esta frasecita es tan cierta que da miedo: es así, no hay que darle más vueltas. El mundo está al revés y los mediocres, los mezquinos, los que practican la autopromoción por encima de la profesión dominan el mundo al tiempo que aniquilan a los estúpidos que creen que hay que mantener la integridad por encima de unas cuantas cosas.
Estos últimos suelen compartir un origen familiar judeo cristiano o, en algún caso exótico, unos padres militantes contra el poder establecido en cualquiera de sus manifestaciones que para cuando perdieron la fe en el ser humano ya no influían en sus retoños.
Además, comparten la tierna e ingenua creencia de que al menos les queda la satisfacción íntima de hacer las cosas bien, con sus errores, sus imperfecciones, pero medianamente bien. Algún día, cierto es, se revuelven y no entienden por qué bemoles tardan en llegar las recompensas. Porque había recompensas en la integridad como forma de vida. Y no llegan. Los del origen judeo cristiano (algo, siempre, se pega) lo tienen más sencillo... pueden pensar en que disfrutarán del reino de los cielos y tal. Los otros lo llevan peor. Pero no al caso.
Hoy, con mucha fuerza y mucha rabia creo firmemente que el mundo está del revés y que pertenezco al bando de los perdedores. Es verdad que desprecio íntima y soberbiamente a los pícaros. Pero al final, el desprecio no ayuda a sentirse mejor. Ni dejas de pensar en cómo sería tu vida si entraras en el jardín de "todovale".
Yo no sé si vale todo, no tengo ninguna respuesta. Sólo tengo agotamiento. Del que no se recupera durmiendo. Del que te lleva a la tristeza. Del que te hace cínico porque o coges una motosierra o tienes que seguir sonriendo, que seguir conviviendo.

Lo he decido. Esto sólo lo arregla un marido, a ser posible rico y sensible -no suelen ser categorías compatibles, lo sé-, que vea en mí tantísima belleza que necesite protegerme de la mezquindad, los egos sobredimensionados, y la estupidez. Porque yo lo valgo.

Por ellos. Por los maridos buenos. Por los maridos buenos... que seguramente serán unos pícaros pero oye, a mi plim.

domingo, 7 de marzo de 2010

TURBOSORDA. O SORDA DE AMOR.

Vivo con una sensación de incorporeidad que necesariamente es maravillosa teniendo en cuenta que siempre he tenido complejo de gorda. Son los corticoides y el equilibrio, que se han ido de cañas. Lo que pasa es que me hace dependiente, limita mi acción y me obliga a hacer públicos todos mis planes, al menos todos los que implican movimiento.
Vivo además estos días con la sensación de incorporeidad propia de quien entra directa al escenario de la ilusión recreada. Ya lo hemos hablado. Imaginar tiene sus riesgos pero alivia, reconforta y puedes dormir sin pastillas.
Si en la cabeza existe tal potencia deberíamos desconfiar un poco del corazón.

La vida es rara y yo soy un coñazo existencialista.


Decía Aragon que "quien habla de la felicidad suele tener los ojos tristes". Miro mis ojos en esas fotos y los veo tristes. Aunque igual son los corticoides o el equilibrio.

miércoles, 24 de febrero de 2010

La muerte ajena nos pilla siempre por sorpresa, aunque la esperes, que no era el caso. Sé que en el precipio de la depresión hay frases que no deben pronunciarse una vez que se ha alcanzado la roca. Hay que anclanrse en ella hasta estar cómodo, ir agarrándose a sus huecos, hacer solemne cada centímetro recorrido y no volver la cabeza. Mirar hacia arriba, sólo hacia arriba. Y no volver la cabeza. Y no dejar que la cabeza se vuelva. Y evitar que la cabeza se ponga en funcionamiento. Pero la vida no es una cabeza. La vida, de hecho, es ingobernable y va a su aire. A veces se apaga. Hoy se ha apagado una vida. Una más. Y sé que no debo dejar que la cabeza se vuelva hacia lado en el que se ven claros, inmóviles y sonrientes los argumentos que pueden llevar a una cabeza a entender que el precipio es el único camino posible.

Lo siento P., siento que te hayas ido a pesar de tu lucha, tu valentía y tu fe. Es obvio que no es justo. Ojalá al otro lado exista eso que te ha dado la fuerza para resistir tantos años. Ojalá exista y estés allí sana y en calma. Amén.

lunes, 22 de febrero de 2010

Mi cabeza baila



Me voy a imponer esta canción como obligación diaria. Hasta cogerle manía. De momento no puedo bailarla como merece a menos que me arriesgue a darme un buen castañazo. Pero moveré los pies que están en el sofá y me visualizaré saltando debajo de una bola de discoteca, bien grande y bien hortera.

Me alegra tener ganas de bailar. Es la segunda mejor noticia de la semana. Especialmente buena porque acabo de tener eso que todo el mundo llama DAPIRTO (Desengaño A Propósito de Ilusiones Ridículas, Tontas y Oscuras) alucinante. Uno de esos dapirtos que hacen que no piense en que tengo una enfermedad mental sino una deficiencia ídem. Porque estoy tonta, tonta, tonta de remate. Porque no aprendo, porque tengo tanta necesidad de que ocurran cosas buenas que las invento en mi cabeza de chorlito y esas invenciones acaban haciéndose grandes, del tamaño de las obsesiones y siempre sabes cómo va a acabar.

Así que celebro estas ganas de bailar y prometo que, cuando no las tenga, bailaré igual. Y que pasen cosas bonitas, por favor. Que pasen ya aquí, justo al lado de mi cabeza y no dentro de ella. Por favor.

domingo, 21 de febrero de 2010



No todo tiene la gramática adecuada. Ni el campo semántico certero, el que permite decir lo pensado sin que quede nada por decir.
En mis sueños no ocurre igual. Hoy, alguien con cara de puerta me obligaba a comer sesos del tamaño de alfileres. Eran blancos y grises y daban un asco fino, de casquería castiza y olor a sangre. No suelo entender los sueños que recuerdo. Imagino que es una metáfora gigante de la realidad y me pregunto si los que pierde la memoria reciente serán menos crípticos.

miércoles, 17 de febrero de 2010

ESPERANZAS

Hay días que parecen bromas. Hay bromas macabras. Hay pensamientos que lo invaden todo. Hay esperanzas que alargan la vida. Hay vidas que deben vivirse todavía. Tengo muchas ganas de vivir. Sobre todo de vivir cosas que no he vivido como un amor sano en el que no haya dudas, sobre todo al principio.
Tengo tantas ganas de vivir una historia así que a veces temo que no llegue nunca o que no sepa reconocerla aunque la tenga delante. Otras veces creo que se tratará de algo claro y luminoso, tan claro y tan luminoso que lo sabré. Y que, en todo caso, los miedos llegarán después.
Algo termina como empieza. Casi siempre.

lunes, 15 de febrero de 2010

Palabras bonitas

Ahora ya puedo linkar "Yo también" para bien traer la necesaria alusión a la gala de los Goya, el día de los Enamorados y el discurso laaaaaargo pero bonico de Marta Etura. Tengo muchas ganas de decirle a alguien "gracias por quererme tan bien". Qué frase tan bonita y qué ganas de pronunciarla me entran... me resistiré, en este momento sólo podría decírsela mirando a algún consanguíneo y paso de meterme en más movidas.
La chica Etura también ha dicho que, de pequeña, su señora madre le había contado que los sueños se podían conseguir.
A mí, que quiero ser cantante, acaban de decirme que me voy a quedar teniente de un oído. El derecho concretamente. Tomo desde hace días un cóctel de pastillas que me han inflado la cara y hacen que me maree todo el rato. Y tengo ganas de llorar a pesar de sentir un alivio enorme por tener lo que parece un virus en lugar de algo peor. Y me siento querida y protegida por unas cuantas personas. Y estoy más o menos tranquila y asimilando el asunto. Pero no puedo asimilar que ya no vaya a ser posible subirse a un escenario en estas condiciones. Ni asimilo que no sea prudente ni sensato seguir pensando en eso en este momento. Ni asimilo que a quien se lo digo relativice mi único drama real ante esta nueva realidad. Ni puedo asimilar que no nos digan desde que somos pequeños que los únicos que no cumplen sus sueños son aquéllos que los abandonan.

jueves, 11 de febrero de 2010

MARICHALAR SALIENDO DE PUNTILLAS

Pues qué queréis que os diga. A pesar de ser periodista y reconocer que la foto vale un potosí, no me gusta. Vive Dios que no es por la cosa monárquica. Como mucho apunto a la situación emocional de la pularda, sensible ella, como todo ser aviar, más que a una inclinación a la salvaguarda de la corte.
No tengo muy claro que sea estupendo que haya una foto de cómo alguien sale de tu vida. Sobre todo si el alguien en cuestión está cosificado y lo lleva un operario en brazos. Qué bajón ¿no?
Como acto solemne de desprecio ídem tiene su punto pero me parece una crueldad que semejante prodigo de desdén esté en los papeles.
http://www.elmundo.es/elmundo/2010/02/11/espana/1265911152.html

miércoles, 10 de febrero de 2010

DEDICADO A LA FAMILIA...

La jodida prima es lista hasta volverte loco. O rojo de la vergüenza. Me gusta la jodida prima. Por lista, sí, pero sobre todo por fuerte y por excéntrica que es uno de los adjetivos que siempre he deseado currarme para merecer un buen epitafio.
Una de las personas más excéntricas que conozco es mi padre. Está completamente chalado. Y no siempre mola. Pero cuando mola... buf, entonces es maravilloso compartir esos momentos con él. No le adorno con epítetos molones por la cosa genética y tal, realmente me parece una excentricidad ir caminando por la calle hacia atrás y cantando a gritos "queremos turrón, turrón, turrón pero que sea AntiuXixona". Esto lo hace mucho la verdad, y ya he superado los complejos adolescentes que me hacían negarle si me lo encontraba en semejante sainete urbano.
Ahora le ha dado por ver a Romanones. Sobre todo lo ve "claramente, míralo" en los dibujos de los azulejos del baño de su habitación. Y como los demás no vemos a Romanones, mayormente porque no le ponemos cara, pues ha decidido pintarlo a carboncillo. Practica la muñeca, claro, porque a mi madre el descubrimiento le impresiona cero y pasa la fregona un par de veces al día por el jeto del político decimonónico.
El caso es que lo de quedarse mirando cosas y viendo otras es un clásico en mi progenitor. A veces paso por la cuesta de San Pablo con el coche y me lo encuentro en la acera. Quieto. Mirando al cielo. Moviendo los labios (supongo que habla, pero no logro oírlo, será la ventanilla, claro). Y no necesito preguntarle. Sé que está mirando las nubes y viendo figuras en ellas. Que es algo que quizá todos deberíamos hacer más a menudo sin importarnos si interrumpimos el paso o si nos toman por idiotas. Muy idiota no será mi señor padre. Se casó a los 42 con una veinte años más joven. Nunca se ha comprado casa porque ya hablaba de la explosión de la burbuja inmobiliaria en los años 70. No tiene un duro pero está rodeado de amigos que lo quieren mucho ergo siempre hay una casa en la playa vacía y disponible. Y, sobre todo, es feliz a pesar de lo horrible del mundo porque, como él dice: "cómo no voy a ser feliz con todo lo que tengo", refiriéndose a nosotros.
Adoro a mi padre. Es un amor gigante, proporcional a nuestras peleas y a la vergüenza que paso cada vez que comparto tres minutos públicos con él.

domingo, 7 de febrero de 2010

Furia visigoda

A veces me sorprendo dejándome llevar por la ira. Es un golpe súbito. Innecesario casi siempre, servero, vulgar, descontrolado, fulminante y corto, estúpido, evitable, desenfocado. Y siempre, siempre, siempre me arrepiento de esos cinco segundos de confusión en mi cabeza que me arrollan más que al destinatario de mi insolencia.
No entiendo qué resorte salta y hace que pierda el dominio sobre lo que escupo. No lo entiendo pero a partir de hoy voy a dejar de intentar entenderlo y a tratar sólo de evitarlo. Me lo prometo.

sábado, 6 de febrero de 2010

Luces que se mueven

Está volviendo la confianza. Creo que no viene para quedarse todavía pero también agradezco esta visita. Llega con cierta disciplina e ilusiones que todavía hay que estrenar. O sea, que no llega sola. Acabáramos.
Igual que ha vuelto la luz a mi cocina triste. El mayor empeño sigue siendo el mismo. Dicen los expertos de la psicología positiva y feliz que practicamente todo se puede conseguir. No lo creo pero quiero creérlo para seguir intentándolo.
Lo intento. Con todas mis fuerzas y sin ansiedad, espero.

lunes, 1 de febrero de 2010

Lugar seguro

Han sido unos días agradables. Las visitas invaden las rutinas y las dejan pingando pero también te ventilan y te reordenan. Mis amigos son mi mejor elección. Estoy tan orgullosa de ellos que compensan la falta de autoestima general. Son mis autoestimer. Somos distintos, mucho, y nuestra vida también. Pero esa elección consciente rubricada décadas atrás es más fuerte que cualquier diferencia concreta.
Los amigos que me han visitado estos días son mi sitio seguro. Sus hijos son mi ternura en este momento, su perro el mío.
Espero que sea así sólo por un tiempo y que algún día me cuenten de qué va la vida convencional, plácida y quizá un poco feliz.
Los quiero. Los querría si no me quisieran.

viernes, 22 de enero de 2010

Espera

Esperar no debería ser algo tan lento. Esperar sin saber qué esperas exactamente podría ser una suerte de tortura mental poco aconsejable. Hoy he visto las fotos de Erwin Olaf. Es impresionante ese universo propio que ha creado. Y son densas las sensaciones que despierta el arte en quien lo contempla. ¿Dónde estará la puerta por la que se accede a los universos individuales? ¿Tiene llave? ¿La acción es la llave? Vete tú a saber. Lo importante es vencer el tiempo que transcurre mientras esperas. Lo necesario es averiguar qué estás esperando.

martes, 19 de enero de 2010

La imaginación

La imaginación está muy sobrevalorada. Personalmente siempre me trae problemas imaginar. Imagino, imagino, imagino... y mi historia imaginada se convierte en una realidad paralela, para mí. Suelo imaginar cosas bonitas. En eso tengo suerte, claro. Porque sé que también puede uno recrear con la mente escenas horrorosas, algunas noches me ocurre, pero estoy controlándolo. A lo que iba. Cuando proyectas deseos que guionizas según te apetezca es aconsejable mezclarlos con algún dato real. Así tus idioteces tienen epicentro, pivotan sobre algo sólido... Él dijo "puedes llevarme a ese café la próxima vez" y el otro tiene un material increíble para ponerle a esa frase, en principio neutra, la música, la cara conveniente, la intención no intencionada y la tensión sexual no resuelta (ni bilateral) del momento mágico que sólo existe en tu cabeza.
Él es considerado y la imaginación le otorga -a la más estricta urbanidad- un claro síntoma de interés por complacer surgido, a su vez, por un enamoramient súbito y supino.
Él no te llama el día acordado y no pasa de ti. En realidad ha muerto. (Ya he dicho que me gustan los grupos de facebook...)

lunes, 18 de enero de 2010

Insultos

Puede que conducir fijándote en lo que ocurre a tu paso no sea muy recomendable, pero me gusta. No es la primera vez que observo como algún anciano (y varón) manifiesta con su postura que no está dispuesto a esperar su turno en la circulación por la ciudad. Se asoma peligrosamente a la calzada, sus pies fuera de la acera ya, sus ojos en el otro extremo de la calle, su mente calculando la velocidad a la que podría cruzar, valorando el riesgo. Suelo pensar que se abalanzará sobre el coche. Imagino mi reacción y la dirección del volantazo. Miro hacia el lado elegido. Un puente. Caray. Otras veces imagino el impacto inevitable. Soy incapaz de esquivarlo, me asusto. Frenar. Bajar del coche. Pedir que siga vivo.
Pensamientos que duran dos segundos. Procuro mirar su rostro. No recuerdo el de hoy pero sé que llevaba gorra y un abrigo verde. Reparo en si mi padre hará lo mismo. Sé que sí. Sé, además, que en esos dos segundos estará insultando mentalmente al conductor del coche que interrumpe su ritmo. Ese que le obliga a detenerse y reconocer que ya no puede correr para salvarse.
¿Qué me habrá llamado el señor de la gorra y el abrigo verde?

jueves, 14 de enero de 2010

La bolsa

Estaba allí. Enrollada en una rama de las que ocupan la mediana. Era roja y negra. Yo no soy tonto, supongo. La vi cuando me dirigía al gimnasio, ese sitio repleto de muchas de su género, pero de tela. Y me pregunté cuántos, como yo, habrían reparado en ella. Qué camino habrá seguido. Quién la tiró o la perdió por el camino.
Quizá un matrimonio que quería girar a la derecha, hacia la gasolinera, la explotó con sus ruedas al pasar por encima cuando erraba por la calzada. Después una ciclista apresurada temió enredarse con ella y caer. La evitó. La policía local que conducía hacia el río dijo que deberían bajar a retirarla aunque su compañero evitó el parón con el pretexto de siempre: a la vuelta, ya lo haremos. También fue la excusa para que unas señoras que habían quedado para ir a andar charlasen en su paseo de lo guarros que son los jóvenes ahora.
¿seguirá allí? ¿cuántos ojos la habrán visto?

domingo, 10 de enero de 2010

Zarandajas escapistas

Pasar tantas horas en casa sin realizar ninguna tarea inequívocamente productiva contradice cualquier consejo básico contra la depresión. Si tus únicos objetivos durante un día son escribir en tu recién estrenado blog sobre algo que no seas tú mismo y no zamparte las existencias de chocolate de la despensa, el día puede llegar a ser interminable.
El chocolate no es, en este momento, generador de literatura alguna. La escritura, el contenido de la escritura podría llegar a serlo.
En función del tema elegido escribir ouede ser un acto de expresión tan prosaico como decidir el color del plato sobre el que irá la ensalada de la cena. Leer algo brillante, enfocado, certero no garantiza tampoco la absorción de la lucidez que guiará tus palabras. Qué complejo me parece tener una opinión sobre las cosas, tener algo que decir, tener una idea sobre la que escribir.
A priori cualquier noticia, objeto, sentimiento o circunstancia podría ser el argumento de un texto. Sin embargo, no funciona así.
Me pregunto si es un trabajo desarrollar criterio sobre algo. Y la propia cuestión me dice que los diarios adolescentes están repletos de preguntas justo por eso... después crecen y ya tienen las respuestas.
Ser adulto y no tener más que preguntas debe ser, por lo visto, un mal muy de nuestro tiempo. Una enfermedad postmoderna, dicen. El vacío existencial, la duda como método, la soledad.
Algo me dice que se trata de zarandajas. De trampas mentales para no aceptar la realidad con su cruel y equilibrado determinismo. Otro mecanimo para escapar.
El escapismo mismo es una ensoñación. Al soltar las cuerdas sigues estando en el mismo sitio y esta vez con brazos, piernas y cabeza a tu favor.

sábado, 9 de enero de 2010

La ira de la tele

Anoche decidí dejar por un rato el hikikomorismo en el que vivo últimamente y encender la tele. Tengo una amiga que trabaja en Sálvame y decidí ver qué hacen exactamente, ¿por qué un programa de cotilleo -como los de toda la vida- ha conseguido ser tan controvertido?. Apenas tuve que esperar diez minutos para comprenderlo...¡qué perverso! Sobre la televisión basura está todo dicho. Personalmente no me molestan los contenidos sobre la vida de los demás, supongo que tienen su público y la crónica social ha existido desde las Woman's Pages que se editaban hace más de dos siglos. Pero lo de este programa es insólito. Brillante en cuanto al ritmo y a la factura formal, eso es innegable y directamente proporcional a ese derroche de exquisita realización un vómito de neurosis, psicosis y bipolaridad. La mala baba, la mezquindad, el revanchismo personal, la furia visigoda en las lenguas de endiosados contertulios con la surrealista Belén Esteban en el papel de vecina comprensiva y taxativa "¿mentiendes?".
Qué hay detrás. Qué nos pasa. Una sociedad que celebra y premia semejante alarde de ira colectiva expresada en el acoso y derribo a cualquier personaje (cuanto más mediocre sea el personaje más cruel me resultan los ataques) tiene que ser una sociedad con necesidad de psicoterapia. Hay quien dice que son precisamente, estos programas -y el fútbol-, las fórmulas, el bálsamo para evitar la necesidad de psicoterapia individual. No lo creo. Dignificarlos con ese pretexto calmante también forma parte de la gran mentira.
Desconfío de quien no sabe frivolizar. Desconfío todavía más de quien no sabe empatizar con el sufrimiento ajeno, aunque sea sustancialmente retribuido. Puede que un día yo desée vender un par de camisetas. Eso no me obliga a que en la transacción me obliguen a vender el resto de mi armario.
Qué asco. Qué pena. Qué poco divertido.

Aquí una otrora profesional como la copa de un pino que ha decido pasar de todo, del buen gusto en las entrevistas, también:

viernes, 8 de enero de 2010

Grupos y uniformes

El otro día leí que los grupos de Facebook (los de "Señoras" son mis favoritos) generan una especie de solidaridad espiritual muy recomendable. No sé si estoy de acuerdo. Es cierto que verse reflejado en un "yo también creo que todo es posible cuando salgo del cine" tiene un efecto unificador de pensamientos íntimos muy simpático, pero también es cierto que, si eres de los que abre su Facebook a diario, pronto te quedarás sin esencia.
Tanta afinidad puede volvernos idiotas. En Facebook todos somos parecidos. Y eso, da miedito. Es fantástico para algunas cosas pero tanta endogamia, tantísimo lugar común llega a intimidar. ¿Somos todos imitadores? ¿Nos léen el preconsciente los ociosos que crean esos grupos? ¿son ociosos o son visionarios del imaginario colectivo vintage y otras familias? ¿De verdad nuestras mentes son tan poco exclusivas?
Si tienes el día optimista puede que opines que, sencillamente, es divertido y reconfortante ver que muchos de tus pensamientos son universales. Si tienes el día pesimista puede que te plantees que eres un cretino más, sin talento ni para poseer pensamientos propios.
Si tienes el día realista, te haces fan del grupo y suspiras.

Protocolo del corral

Tengo 33 años. Ahorraos los chistes sobre la edad de Cristo, no estoy para bromas. Atravieso lo que mi psicoterapeuta ha calificado como "crisis precoz de los cuarenta" y cada día me siento un poquito peor, no mejor, como había leído en los libros de psicología barata que ocupan las estanterías de mi casa.
Este blog se llama así en honor a un episodio que protagonicé en la última cena con mis amigos. Ellos, felizmente emparejados, bromeaban acerca de la posibilidad de hacer un intercambio de parejas ante la perfecta afinidad cruzada que experimentan. Alguien dijo "Yo debería estar casada contigo.¡Nos hemos equivocado al elegir pareja!". Contesté ufana y sin pensar, "no me quitéis protagonismo, aquí la única que se equivoca al elegir pareja soy yo" y, en ese instante, me lenvanté, agarré la copa de Verdejo y me sorprendí berrando en cocina ajena.
Como estábamos comiendo una pularda trufada de Cascajares y mi huída, por lo visto, fue ágil y casi invisible para buena parte de los comensales -como truco de espapista-, cuando me recuperé del tabardillo todos concluimos que habría que valorar seriamente dejar de llamarme por mi nombre y degradarme a un "Pularda Houdini". Después llegaron los diminutivos. Pero ninguno encajaba realmente con la perfecta analogía que acababa de descubrir...
Porque a mí las gallinas siempre me han parecido animales muy subestimados. Pero de eso hablaremos otro día

Una recomendación sobre cómo practicar el escapismo (el primer corte es un digno ejemplo de la tendencia humana a querer borrar los recuerdos):