Buscar este blog

martes, 6 de abril de 2010

EL INSOMNIO DEBERÍA TENER UN NOMBRE MEJOR

Sobre todo porque así podrías insultar personalizando, hacer vudú con su inicial o algo.

Hay pocas cosas más desagradables que despertarse a los pocos minutos de empezar a dormir y saber que ya no vas a conciliar el sueño de nuevo a menos que te levantes, te distraigas un rato y te hagas a la idea de que cuando te vuelvas a meter en la cama (con toda la liturgia previa de este acto diario, a saber: pis, dientes y lectura) será la primera vez que lo haces hoy.

Tener insomnio además está muy mal visto. Hay por ahí un refrán idiota que atribuye a la modorra cierta tranquilidad de conciencia sin que obre sobre semejante aforismo comprobación empírica alguna. Así las cosas, la vigilia, además de ser una tortura que te deja la cara como un personaje de Tim Burton te convierte en términos populares en una potencial mala persona que no duerme porque seguro que le remuerde la conciencia.

Tiendo a la hipérbole, claro, pero cómo no hacerlo después de tantos meses sintiendo esa odiosa sensación de abandonar el nórdico. Levantarse por la mañana para ir a trabajar es un castigo divino diario. UN. UNO. UNA VEZ AL DÍA. NO DOS O TRES O CUATRO.

Pues no te levantes. Ya. Pero si no te levantas y ocupas la cabeza tus occipitales empiezan a ir por libre. Y piensas. Piensas. Piensas. O imaginas. Imaginas. Imaginas. Y mi imaginación me trae muchos problemas. Tantos que me quita el sueño.

No hay comentarios:

Publicar un comentario